Lo teórico y lo operativo: la encrucijada

Comprensión sentida es el tipo de conocimiento que está en la base del asesoramiento filosófico sapiencial. Se trata de un conocimiento práctico, que renuncia expresamente a la vertiente más especulativa y teórica de la filosofía académica, para centrarse en los aspectos vivenciales, en la filosofía de vida.

A diario nos enfrentamos a situaciones para las que tiramos de respuestas aprendidas, soluciones interpuestas que hemos leído o alguien nos ha contado, pero que no están interiorizadas. Son respuestas teóricas, incompletas, que incluso en el supuesto de que sean correctas, son inoperantes ya que funcionan solo a nivel de idea adecuada o aproximación analítica. Así, mientras asumimos una posición aparentemente razonable, actuamos a la contra; presuponemos cómo deberían ser las cosas, pero sentimos que algo en nosotros nos empuja decididamente, y en contra de nuestra voluntad, en otra dirección.

La encrucijada en que se resuelve este desencaje teórico-operativo es la comprensión sentida. Si bien es cierto que la filosofía, en su versión más práctica, nos puede aportar elementos muy valiosos para conducirnos hacia una vida plena, estos elementos no son formales, han de ser encarnados. Para llegar a esa comprensión sentida hay que mirar, ver y distinguir con claridad lo que está operando en nuestra vida de lo que simplemente es una construcción teórica, una “pose” asumida. Tendemos a confundir con facilidad lo que “sabemos” teóricamente, lo que nos cuentan, con lo que sabemos vivencialmente, por nosotros mismos. Con bastante frecuencia somos víctimas de tres inclinaciones engañosas: la incesante búsqueda de fórmulas y recetas, la ilusoria búsqueda de soluciones definitivas y la obsesiva búsqueda de justificaciones para todo.

Pretender convertir en operativo un principio que tan solo hemos asumido teóricamente es caer en la formalidad vacía, sin referencia a nuestra realidad, sin verdad. Es hacer pasar el procedimiento o la descripción por la realidad a la que remite. Y en el terreno de lo teórico, desconectado de lo operativo, no hay resolutividad alguna.